«El sabor de Sicilia»
Sicilia en una cena muy bien maridada
“El sabor de Sicilia”, así denominó nuestro equipo de cocina a una nueva experiencia de Il Basilico. Un título que adelantaba un menú muy rico en ingredientes, elaboraciones con materias primas exquisitas y vinos de la isla más grande del Mediterráneo y no sólo en tamaño, sino en sabor. Uno de los participantes ha querido dedicar este artículo a esta cena degustación, y nos ha parecido interesante compartirla contigo.
La crónica de un cliente agradecido
Dicen que probar auténtica comida siciliana es como dar un bocado al mundo, y tras participar de esta cena, puedo verificarlo. Una rica historia que ha dejado, además de maravillosos vestigios de otras culturas, una amalgama de los mejores sabores de estas. Y si ya de por sí los ingredientes típicos en Sicilia derrochan un intenso gusto, en manos de los profesionales de Il Basilico, despiertan nuevas sensaciones. Así que, si tuviera que resumir esta vivencia culinaria en un par de palabras, elegiría: exquisita sorpresa.
Vivir una experiencia con la intriga de un menú sorpresa, que los comensales conocemos una vez tomado asiento en la sala de Il Basilico, resulta muy sugerente. Imagina además que, aunque los platos que constan en el mismo adelantan algunos de sus ingredientes, cuando los pruebas, te sorprenden. Bien por la forma de cocinarlos, bien por lo que le aportan otros productos o bien por el realce del sabor con cada vino, al final, en boca es toda una sorpresa.
Muchos críticos gastronómicos utilizan la expresión del “viaje gastronómico” y tras esta cena, lo he entendido muy bien. Podría imaginarme por calles estrechas, vislumbrando a lo lejos lo que podían ser restos de templos griegos mientras olía una caponata casera. O sumergiéndome en las aguas de Taormina, de donde vendría el pulpo, ingrediente principal de la ensalada. Cuando llego al postre, es increíble pensar en esos campos de Bronte cargados de pistachos. ¿Sabes por qué? Aunque no hayas estado allí, si te menciono el Etna, lo deducirás; este fruto, de planta centenaria, crece con todo su esplendor en una tierra volcánica. Curioso, ¿verdad?
La cena abre boca con una degustación de Quesos Sicilianos: Ricotta Salada, Caciocavallo y Primosale Siciliano Pepato elegidos para despertar todos los sentidos: texturas y sabores diferentes, el olor a queso de antaño, una presentación muy atractiva…
Y para acompañar, un magnífico Syrah D.O.C. que, personalmente, me recuerda a las cerezas frescas del verano en la playa. Enrique nos cuenta, mientras nos atiende, que además de frutos del bosque, incorpora el toque persuasivo de la pimienta y el tomillo. Su intenso color delata una agradable sensación con cada uno de los quesos elegidos.
Una particularidad sobre el caciocavallo, este queso con tanta personalidad proviene del cuajo de pezuña de cordero, que ha sido fermentado en barricas de madera que también le otorgan un sabor muy especial.
A continuación, llega a la mesa una atractiva ensalada cuyas tonalidades aúnan las propias de las tierras sicilianas. Esta originalidad se afianza al probar las rodajas de pulpo tierno con mango, garbanzos y un toque de menta. ¡Bravo, cocineros Il Basilico!
Este plato ha sido maridado con un Tinchite I.G.T. Este vino blanco con notas cítricas resulta tan fresco y original como la ensalada. A esta variedad de uva Grillo podría oler cada noche de verano en Ragusa…
¡Pinsa romana a lo siciliano!
La Caponata tradicional Siciliana no podía faltar en nuestra mesa. Lo que no imaginaba es que viniera sobre una esponjosa y crujiente masa de pinsa con una protagonista maravillosa: la Sardina Ahumada de esta zona del Mediterráneo. Me fascina pensar en la reunión previa de Juan, David y Alessandro, al frente de Il Basilico, diseñando este plato y buscándole marido entre las bodegas sicilianas… Todo un acierto el contraste entre lo tierno de unas verduras muy bien cocinadas, el crujiente de la masa y la anchoa con su toque de AOVE Basilippo, que nunca falta.
¿El vino? Un Inzolia D.O.C. con un típico vino blanco antiguo que no suele faltar en las fiestas de Sicilia. Recuerda, salvando la aguja, al cava. Y es que ambos son mediterráneos y las influencias navegan sin rumbo por estas costas.
El plato fuerte es un abrumador Cappellaccio relleno de Vieira y Gambas al jugo de Galera. Así, con todo el sabor del mar, sobre un caldo ligero, esta elaboración es una de las grandes sorpresas de la noche. Una magnífica diferencia me despierta la curiosidad respecto a otras pastas rellenas: podemos ver los ingredientes. El interior se hace así más apetitoso, se fisfruta mucho más. Para maridar, han elegido un Nero d’ Avola Riserva. Un placer conocer este potente vino tan bien acompañado.
Después de tanto disfrute, se nos anuncia el postre. En este momento es donde visualizo el volcán: en la forma de un esponjoso Coulant y en el verde de sus pistachos, a través de una suculenta crema bien aireada que escondía en su interior. ¿Imaginas la sorpresa al romper semejante pieza con la cuchara? Ahora tengo dos acompañantes: un conseguidísimo helado de Panna Cotta y un peculiar Hekate Passito 2019. El primero delicioso, y el vino, otro clásico de las mesas en Sicilia. Su final fresco nos acompaña al cierre de esta fantástica velada.
¿Quieres saber más?
Quizás tengas la misma suerte que yo, porque estos magos de la cocina italiana no tuvieron otra opción que repetir la cena siciliana. Esta era la segunda vez que se celebra en este año, bajo “petición exigencia” de otros colegas, miembros también del Club Il Basilico y que, al igual que yo, se despidieron, a una hora muy prudente, muy agradecidos y satisfechos. Con la próxima nos llevan hasta la Toscana, tampoco está mal, si se trata de degustar…
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